Interpretada por: Pepa Sarsa y F. M. Poika.
Texto, dirección y espacio escénico: Jesús Campos García
Teatro Galileo de Madrid, 2002.
La pareja protagonista vive aquí en el límite de la hecatombe, de la descomposición y la ruina de su propio mundo. Son personajes beckettianos que intentan en vano alcanzar su "día feliz". Juegan al fingimiento de fantasías y buscan su realización sexual que no es, en definitiva, sino metáfora de la propia existencia perdida. (E. Centeno, Diario 16).
lgo desconcierta desde que comienza la obra. [...] Es la huella que deja el autor, las miguitas de pan de Pulgarcito, para que vayamos viendo que allí pasa algo y que no todo es tan simple como la cita, por anuncio, de dos necesitados sexuales y su humor negro de seres medio rotos. Aunque ese humor persista y alcance cumbres del género; por ejemplo, el relato del arte perdido de meter la mano en el cine, referido a una época anterior a los fáciles lugares de encuentro de la pareja actual. (E. Haro Tecglen, El País).